Ruta de la Pringá
El pasado domingo 17 de Enero de 2010, inhauguramos el casillero de salidas en bici del año, con una salida tranquila a Coria.
Quedamos en La Avenida de la Raza (ahora llamada Avenida de las Razas), a eso de las 10:00 horas de la mañana, unas 50 personas, la mitad del Club Hispabikers y la otra mitad del Grupo "Con mi Gente", que es un club o grupo, encabezado por el gran Domingo Guijarro, que no sólo se dedica al ciclismo sino a otras actividades como el senderismo, escalada...etc.
Tras casi 6 semanas sin salir, me alegró ver a viejos compañeros como Juano, Pepe, Telle o Claire.
Lo primero que observé nada más llegar fue que algunos ciclistas tenían unos hábitos muy particulares. Por ejemplo, había un compañero de Con mi Gente, que se tiró toda la ruta en pantalones vaqueros, y a su vez en el manillar tenía los clásicos cuernos o apoyos, pero es que a continuación tenía otros cuernos encima de éstos. Era bastante curioso.
También, otro compañero, que llevaba una bicicleta bastante básica, y un casco, quizás de niño chico, llevaba en vez de una mochila o camelbag, una bolsa de tela a cuerdas que se sujetaba por cuerdecitas desde los hombros, pero que, a pesar de ello, el tío corría tela.
Bueno, salimos a eso de las 10:10 horas, después de los 10 minutos de espera, y de las pertinentes fotos. Cuando ya estábamos en marcha y faltaba a penas 1 kilometro para introducirnos en la ruta del Copero, miré atrás y vi que a lo lejos había una figura grisácea, pero inconfundible, con ese casco naranja y esa bici Mendiz roja... era Mariano.
Venía tela de rápido, angustiado para darnos caza, así que nada más verlo me paré en seco en la cuneta, y lo esperé.
Cuando me cogió, fuimos dando relevos hasta entrar en el grupo.
A partir de ahí, la ruta continuó sin incidencias.
Caminábamos por los carriles de ¿tierra?, la verdad que las lluvias torrenciales que habían caído en semanas atrás, habían dejado los carreles impracticables, y teníamos que ir esquivando charcos, o escorarnos al carril de alvero, que es más estrecho pero al ser más liso no tenía charcos.
La ruta de la Pringá, por la avenida del copero no tiene ninguna dificultad ni física ni técnica, al menos cuando vas en grupo, porque cuando vas solo, la cosa cambia.
Durante toda la primera parte del recorrido fui dentro del grupo hablando con el personal, que hacía tiempo que no veía. Sin embargo, hubo un rato en que me piqué, y me fui para adelante con unos 5 compañeros,entre ellos sergio, marcando un ritmo bastante fuerte.
El ritmo no lo aguantaron todos y de los 5 nos quedamos 3, que fuimos dando relevos, o por lo menos, aguantando el tirón hasta que llegamos al cruce del puente, en el cual paramos porque no sabíamos por donde tirar, ya que el "camino de los Naranjos" iba a estar hinundado. Así que tiramos por la carretera paralela al río, hasta llegar a la barcaza.
Al ser un grupo tan grande, nos dividimos en dos grupos, y en apenas unos minutos estábamos desayunando en la cafetería "Oli".
Tras la parada de algo más de 30 minutos, reanudamos la marcha por la carretera que lleva hasta Gelves.
Durante todo ese trayecto, mientras la mayoría de compañeros rodaba dentro del grupo, Sergio y yo, nos fuimos para adelante, picados quizás, a base de relevos.
Alternábamos el tirar del compañero con ponerse a la rueda. La verdad que la diferencia es abismal, porque cuando vas delante tienes que ponerte a pleno rendimiento, mientras que si vas detrás el que va delante te quita el viento, y sobretodo si es Sergio, que el tío es enorme.
Hubo un momento en que apreté en los relevos, poniendonos a casi 40 km/hora, y pensé que había soltado a Sergio, pero que va, el condenado se agarraba tela de bien a mi rueda, y no había forma de quitarmelo de encima.
Llegado a un cruce nos paramos, al tener dudas de por donde tirar. Cuando el grupo nos alcanzó, nos pasó de largo, y nos quedamos los dos descolgados. Habíamos pasado en un momento de ir los primeros a ir los últimos.
Entonces volvimos a dar relevos, pero ahora era él quien tiraba y yo quien iba a rueda. Y así entramos en el grupo.
Posteriormente, entramos en los carriles de tierra que bordean el río, hasta llegar al puente de Camas.
La verdad que al final se me hizo un poco largo, pero aguanté bien.
Tras la ruta, nos fuimos a tomar unas cervecitas a la Cervecería La Grande, y de ahí a casa.
Al final:
Kilómetros recorridos: 42.135
Tiempo empleado: 02: 25´: 12"
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